DESPEDIDA DEL AÑO : UN LLAMADO A LA REFLEXION Y GRATITUD



Hoy, mientras nos preparamos para despedir un año más, es inevitable mirar hacia atrás y hacer un repaso de lo vivido. El último día del año nos invita a la reflexión, pero no deberíamos dejar que esta introspección sea solo un momento aislado, sino una práctica constante. Despedir el año no solo se trata de celebrar lo bueno, sino también de aprender de lo que no fue tan bueno, de esos momentos en los que fallamos o nos distanciamos de quienes somos y de lo que realmente importa.

Hoy, mientras cerramos un ciclo, es esencial preguntarnos: ¿Hemos sido lo mejor que podíamos ser? ¿Hemos tratado a los demás con el respeto y la empatía que merecen? ¿Nos hemos detenido, aunque sea por un segundo, para agradecer lo que tenemos y lo que somos?

La gratitud no debe limitarse a un solo día del año. Deberíamos estar agradecidos cada amanecer, por las pequeñas cosas, por las personas que nos rodean, por las oportunidades que se nos presentan, y sobre todo, por la capacidad de aprender y crecer. Si vivimos el año con conciencia, con aprecio y con una actitud abierta a la mejora, cada día se convierte en una oportunidad para ser mejores, no solo para nosotros, sino para los demás.

Este es el momento perfecto para reflexionar, sí, pero también para comprometernos a ser más agradecidos, a revisar nuestras acciones y pensamientos más a menudo, y a no esperar a que llegue un 31 de diciembre para evaluar lo vivido. La verdadera transformación comienza cuando decidimos que cada día es una nueva oportunidad para ser mejores y vivir con gratitud.

Que este nuevo año nos inspire a recordar que el tiempo no se mide solo por los días en un calendario, sino por la calidad de nuestras acciones y la profundidad de nuestros sentimientos. Que cada día, al despertar, nos comprometamos a hacer de este mundo un lugar mejor, primero desde nosotros mismos.

Gracias por cada lección, por cada sonrisa y por cada momento compartido.

NAVIDAD A TRAVÉS DEL OLFATO

Aprovechando las fechas en las que estamos y en relación siempre a lo que más me apasiona de mi profesión que es la aromaterapia me apetece compartir con todos vosotros la navidad a través del olfato.

Te has preguntado alguna vez…

¿Como los olores transforman la magia de la Navidad?

¿Es para tí una experiencia sensorial que te despierta recuerdos?

¿Sientes que hay tradiciones olfativas que marcan una temporada?

¿Recuerdas olores que te invaden el corazón?

¿Hay aromas que conquistan todos tus sentidos?

¿Dirías que hay aromes que pintan de navidad cada hogar?

Los olores de navidad son un momento de conexión, de celebración, de nostalgia quizás y de esperanza, como un leve reflejo de lo que representa la Navidad.

Con cada fragancia podemos crear memorias que quedaran grabadas por nuestro sentido del olfato para siempre. Más allá de sus sonidos y colores, se vive muy intensamente a través de nuestra querida y estimada nariz. Pueden transmitir el espíritu de la misma sin necesidad de palabras. Algunos aromas nos recuerdan a la calidez del hogar, a la alegría o añoranza de nuestros seres queridos, a la esperanza de un futuro mejor etc…

Uno de los primeros olores que asociaremos es el del árbol de navidad, si es natural claro. El frescor de sus agujas y la resina del pino llenan el aire de una fragancia que evoca a la naturaleza y a la serenidad del invierno.

Y que me decís del olor de las galletas, turrones, pasteles… la cocina y los mercados navideños juegan un papel fundamental.  Galletas de jengibre, el roscón e reyes, el olor de canela, clavo, nuez moscada, vainilla, vino caliente ¡menuda sensación de confort!

Otros nos quejamos del frio de invierno pero también el aire fresco trae olor,  ¿has olido la nieve alguna vez?

Además, ahora voy a sorprenderte con algo que quizás nunca habías reflexionado… el olor a regalos y envoltorios, el papel, las cintas, los productos de belleza de dentro de los paquetes, las etiquetas, el cartón, es un olor que solemos relacionar con la emoción de sorpresa.

Y para finalizar. el olor a incienso, a velas navideñas, a cera o madera quemada. Es fácil que nos conecten la religión, el recogimiento, como algo más acogedor para el alma.

Os deseos a todos una feliz navidad.