Psicoaromaterapia

Con todo mi respeto y guardando privacidad os muestro algunas palabras y aportaciones que expresan con total libertad tras una olfacción durante la sesión de psicoaromaterapia:

• “Me llevan a cuando mi abuela nos preparaba la merienda a mí y a mis primos, nos cuidaba todos los veranos”
• “A los caramelos que llevaba mi abuela en su delantal”
• “A mí pastel de cumpleaños de cuando cumplí los ocho”
• “¡Cómo me recuerdan a las galletas de mi abuela!»
• “Al líquido de los piojos, mi madre me daba tirones al peinarme, pero a pesar de estos tirones estábamos juntas”
• “Me encanta, es como un postre de frutos rojos excelente y exótico de uno de mis mejores viajes”
• “ufff… no huele a pedo”
• “Huele al jardín de mi abuela, la quiero con locura, ella me defiende habla conmigo, me dedica tiempo”
• “Cuándo mi madre me hacía vahos de pequeñita en el cuarto de baño cuando me acatarraba, ostras… no lo recordaba!”
• “Al taller de mi padre dónde todo podía ser arreglado”
• “A humedad, me da náuseas, es como bajar a un sótano de película de terror”
• “¡Que horror! A la colonia de mi padre cuando le entregaba las notas de la escuela”
• “Así olía el huerto de mi abuelo, allí nadie me ve, puedo ser hija, nadie me juzga”
• “A un ambientador guay de casa, así olía cuando llegaba de la escuela”
• “Cuando mi padre intentaba que me gustaran las mandarinas, aún hoy las odio”
• “A los chupa chups que me daba mi madre cuando me portaba bien en la tienda”

¡Son increíbles! Límbico 1 – córtex 0

El trabajo del terapeuta es “cribar la paja o diálogo mental”, captar el cambio en la persona de… ya está “llegó el mensaje” y quizás lo más difícil y en lo que tiene que ser más hábil por conocimiento, intuición y experiencia.… es dar con el aroma adecuado. Debe hacer “bingo” sí o sí.

A partir de ahí el terapeuta sigue trabajando.