El objetivo de nuestros mensajes, sea cual sea el medio que uses.

Cada día viajo en tren hacia mi consulta y observo que cada vez hay más gente con un libro en la mano, cosa que me alegra enormemente.

Es maravilloso alejarse del ruido y adentrarse en un montón de palabras en la que solo estas tú y la historia que conllevan.

A muchos nos ha dado por la escritura, grande es la avalancha de personas que decidimos poner sobre papel nuestra voz, pero… ¿Tenemos todos definido el objetivo de las palabras que conforman nuestro manuscrito?

Actualmente algunos de nuestros sentidos están absolutamente adormecidos, pero ya hablare de esto en otro artículo más adelante, ahora quisiera hablar de aquello que solo percibimos a través de las imágenes y sonidos, pues… el resto se nos escapa.

Parece ser que la aparente falta de tiempo nos hace la criba de forma automática sin apenas ser conscientes de ello y el resultado crea un impacto poderoso en nosotros. Si además le sumamos la interpretación individual basada y juzgada por nuestras creencias más sólidas y profundas, consolidadas con tal fuerza y vehemencia que egocéntricamente las reafirmamos una y otra vez como la verdad absoluta sin más contemplaciones, …”Observa el resultado”

A mediados de febrero de este año, tuve en mis manos la autoedición de mi primer libro “Yo terapeuta y mis aventuterapias”.

Me gustaría explicar brevemente cuál fue mi impulso y que es lo que me llevo hasta ahí.

Si tuviera que argumentar mi relación con las terapias y cómo llegué hasta ellas, no tengo excusa. Mi sordera y mi falta de conexión wifi con la vida en sí hicieron que fueran ellas quienes me encontrasen a mí.

Como a la gran mayoría de profesiones de nuestro sector, un acontecimiento perturbador, en mi caso fueron varios a la vez, alteraron y derrumbaron mi existencia por completo. Tuve que empezar de cero y re-aventurarme (de ahí el título del libro) sí o sí en aquello que parecía ser un propósito para mí y para los que me rodean, a pesar de no entender absolutamente nada hasta mucho después.

Nunca llegué a renunciar a mi maestría anterior ya que fui incorporando a lo que soy ahora yo Africa y mi pequeña empresa.

En resumen, veintidós años en una multinacional empezando como recepcionista y terminé como asistente de dirección, a éstos le sumamos los quince como terapeuta y voila, ¡bienvenidos a mis 57!

¡No es broma! ¡Todo este recorrido me ha dado para publicar este libro y los andares que aún me esperan!

Y ahora sí… vayamos a su objetivo….

“Hablar de aquello que no se habla abiertamente en nuestro sector, de aquello que tú como cliente ni te imagines que hay detrás, de aquello que tú como estudiante no te han enseñado en la escuela de terapias y que te vas a encontrar ahí fuera sí o sí, de la gratitud, del recorrido que hay que transitar…y todo ello con un lenguaje claro, contundente, revelador, divertido y muy muy autentico”

Sea cual sea tu vía de comunicación, por favor, no te concentres únicamente con el resultado. Intenta que tu aportación sea algo que mejore el tu mundo y al mundo por pequeño que sea.

¡No olvides el impacto de un buen objetivo y darás en la diana!